Baron’s Court. Final de Trayecto
Título original: Baron’s Court, All Change
Traducción: Susana Prieto Mori
Prólogo: Stewart Home
Fotografía de portada: Terry Taylor fotografiado por Ida Kar, 1961
ISBN: 978-84-123420-3-1
Género: Narrativa, años 60, contracultura
Medidas: 13 x 19
Número de páginas: 232
- Formato
- Libro
- Autor
- Terry Taylor
- Editorial
- Colectivo Bruxista
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Esta es la historia de un adolescente que decide dejar un trabajo alienante de vendedor de sombreros para instalarse en el Soho como traficante de marihuana. Al tratar de huir de la vida gris y suburbial de sus padres, se introduce de lleno en la escena de los modernistas, amantes del jazz que se juntan en las catacumbas de un Londres que intenta olvidar los rigores de la posguerra.
Es el Londres que empieza más allá de Baron’s Court, con sus promesas de sexo, drogas y clubs abiertos toda la noche. Allí nuestro narrador sin nombre se introducirá en los secretos de la «Grifa», descubrirá la ropa de Cecil Gee y alternará con beatniks, yonkis y bohemios, mientras decide en qué tipo de adulto quiere convertirse.
Publicada por primera vez en 1961, Baron’s Court es una novela de culto y un documento histórico sobre una escena fascinante que su autor conocía de primera mano. Pero en ella hay mucho más: las miserias del trabajo asalariado, las supuestas posibilidades liberadoras del consumo de drogas y los dilemas —siempre los mismos, siempre distintos— de hacerse mayor.
Terry Taylor (1933-2014) fue una figura importante de la contracultura desde sus primeros pasos en el Soho londinense a finales de los años cincuenta. Habitual de la mítica Gallery One de Victor Musgrave, fue amante de la fotógrafa Ida Kar, que lo retrató en numerosas ocasiones, y sirvió de inspiración para el personaje principal de la novela de culto Absolute Beginners, de Colin MacInnes. A finales de los sesenta se instaló en Tánger, donde experimentó con drogas y magia negra junto a William Burroughs. También vivió durante varias temporadas en Goa. En los años ochenta regentó una bocatería junto a su esposa en la ciudad de Rhyl, al norte de Gales.
Su novela, Baron’s Court. Final de trayecto fue durante décadas imposible de encontrar.
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“—¡Todo eso son tonterías! —dijo el señor Cage, dirigiéndome una sonrisa radiante desde el otro lado de la tienda—. Tienes que sentar la cabeza, John.
Durante los veinte años que llevaba siendo jefe, todos los «chicos» de la tienda habían sido bautizados como John.
—Porque, si no lo haces, tu trabajo se va a resentir y a Down and Company no le gustaría eso, ¿verdad?
Yo seguí cepillando el sombrero, fingiendo que no lo había oído.
—¿Le gustaría o no? —Subió un poco el tono de voz.
—No, señor, supongo que no.
—Bueno, pues entonces sácate esas tonterías de la cabeza. Dentro de nada estarás trayéndote a esos espíritus al trabajo y ¿qué haremos entonces?—. Molesto por mi silencio, añadió—: Yo desde luego no quiero convertir la tienda en una sala de espiritismo, como esas a las que vas por las noches. Estoy muy preocupado por ti, John. No está bien que un chico de tu edad se meta en esas cosas. Tendré que traerte una copia de la Biblia para que la leas. Es lo mejor que puedes hacer.
Mientras hablaba, un cliente entró en la tienda y me sentí aliviado por poder escapar de él durante unos minutos. Después de atender al cliente, pensé que nuestra conversación habría terminado. Pero no. Se acercó, con su enorme envergadura cerniéndose sobre mí y sus ojitos rosados mirándome con toda la cordialidad de la que eran capaces. Volvió a empezar.
—No quiero sermonearte, pero si te digo esto es por tu propio bien. Encuentra intereses más saludables, como hacen otros chicos de tu edad. Entra en un club juvenil y mézclate con jóvenes como tú, en vez de con esa panda de vejestorios neuróticos en esa asociación espiritista tuya. Créeme, chico, dentro de poco estarás tan loco como ellos.
Sabía que no estaba haciéndole ningún caso, así que volvió al ataque.
—Bueno, asegúrate de que no afecte a tu trabajo —rugió— o tendré que informar de ello a la Oficina Central, y ya sabes lo que eso significa.” Extracto de Baron’s Court. Final de Trayecto.
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